Mundo Marungo

Pues si señores, otro año que se nos fué como agua. Al menos para mí, este 2007 pasó particularmente rápido.

Año interesante, con sus altas y sus bajas como tocho, pero en resumen, positivo. La vida, en lo personal, empieza a tomar nuevos y casi desconocidos rumbos para mi; esto se pone bueno, y espero se ponga aun mejor. La madurez, en mi hardware, tarde pero llega, afectando positivamente en el software, por así llamarlo (y no hablo de compus).

Y es que, a pesar de que a mis 20 yo me sentía adulto, pero la verdez física (parecía como de 12 años), cobraba factura en mi mente y mi actitud hacia la vida. No cabe duda que el ser humano está constituido por dos elementos. Carne y espíritu. Si uno de ellos se queda atrás, todo se desfasa; lo quieras, o no.

Paradójicamente, lo que a la óptica de muchos pareciera de vital importancia (o sea, la marunguez), para mí no era tanto, y sigue sin serlo. Sí afecta, pero no tiene un peso fundamental. Afortunadamente hay quienes piensan como yo, y lo pasan del largo. Los que no, pos ni modo.

Dijera mi apá: no soy monedita di’oro.

Yo mientras tanto, le pondré un altar a mi doitor endocrinólogo. No lo beso nomas porque me vería muy joto.

Les deseo un muy feliz y próspero 2008 a todos mis ávidos lectores…

¡SUS MAYES!

Les dejo un regalito para que empiecen el año riendo, cual debe ser.

Después de años y años de latas con diseños rebuscados, burbujitas, letreritos, y demás, hoy, al abrir mi refrigerador me encuentro con esto.

Al parecer los publicistas de Coca-cola Company han optado por seguir la moda de lo minimalista; lata roja, logotipo por un lado, logotipo clásico del otro, los ingredientes e información nutrimental minúscula, y la típica leyenda «Cont. Net. 355 ml.».

Me senti transportado al pasado. Nomas le falto que la lata fuera mucho más sólida, y con abertura de jalón (de esas que si te quedabas con la jaladera en la mano, era una proeza abrirlas).

Va una pa mi colección.

Señores, si alguien cree que he sido buen niño este año y me quiere regalar algo bonito, útil, y no caro pa las próximas navidades, vean esta chulada…

Na mas y na menos que un Refrigerador USB. Justo lo que necesito pa mi oficina recién remodelada. Este juguetito se alimenta a través de un puerto USB cualquiera. Da cabida a una lata de refresco (coca-cola, por favor), y enfría hasta llegar a los 12 grados Celsius. Suficientes para mantener fría la latita hasta llegar al fondo. ¡No más sabor a jarabe para la tos en los sorbos finales!

Pues el juguetito tiene un precio bastante módico. Cuesta $35 dólares, envío incluido a cualquier parte del mundirijillo, y lo venden en USB Geek (¿geek? ¿un refri pa computadora? ¡naaah, exageran!)

Gracias :)

Haciendo limpieza en mi desordenada guarida me encontré esta joya digna de compartirla con ustedes.

Aquella no tan fría navidad de 1989 a mis 18 años (que parecían como 8), en plena moda de las computadoras en casa (la mayoría de ellas usadas como consolas de videojuegos), al niño (no tan niño) Caifo se le ocurre que quiere una compu.

Ya habían pasado unos años del boom de las Commodore 64, por lo cual los precios ya no eran tan disparatados con los cuales mis padres, con una holgura económica modesta, me hubieran mandado al rincón. Como he dicho, la commodore ya taba algo «choteada», por lo que busqué una opción a buen precio.

En una visita a la Comercial Mexicana, que en aquel entonces anunciaba con bombo y platillo que era distribuidor autorizado de Atari de México, me brillaron los ojitos al ver una computadora bastante similar a la mencionada C64, pero con un precio accesible ($450,000 pesos de aquellos). Desde ese momento (noviembre de 1989), mi cerebro y mi boca no pararon de pensar/hablar de ello con cuanto pobre infeliz me tenía que escuchar. Siempre tuve inclinación por toda clase de artefactos electrónicos. La serie Whiz Kids (llamada aquí «Chicos Computarizados») era mi favorita, así que imagínense cual sería mi emoción al ver cerca lo que sería mi primera computadora.

En ese lapso me documenté comprando varios libros de programación basic, del cual ya tenia una pobre base practicando en la commodore de mi primo Manuel (a quien siempre estaré agradecido por hacer lo que yo nunca hubiera podido: soltarme su preciado tesoro, para que lo manejara a mi antojo).

Cuando finalmente la recibí, mi emoción era incontenible. Con la computadora, mi hermana me regaló la unidad grabadora ¡de cassette!. Pasé los siguientes dos años pegado al teclado, en ocasiones usando como monitor una mini tele broksonic de 5 pulgadas. Hice programas super extensos para usos personales importantísimos… como mi calendario de vacaciones, etc.

Después vino mi primer trabajo, mi acercamiento a la PC, mi trabajo en la UdeG, mi entrada al chat, y lo demas… es historia.

Foto pa la posteridad. Yo con una excelsa (y hasta hoy, desconocida pa mí) latota de casi medio litro de coca-cola, conmemorativa de 100 años de envenenar gente en México.

Pero, ¡oh, dulce veneno, que haríamos sin ti!

¡Tres vivas para la embotelladora La Favorita!

… pero a la manera Marungo ®.

Problema: Router SMC que por motivos de sobrecalentamiento, se queda en la pendeja hasta que lo mete uno al congelador unos minutos.

Solución a la Marungo®: Un poco de masking tape, un ventilanico* usado, ya sea de procesador o de gabinete de 12v, y un par de horas sobrantes pa ocio.

Como no tengo pulso para soldar, ni valor pa terminar jodiéndolo (más), me fui por la solución vilmente a la mexicana. El cable rojo (ver fotos) se acomodó de tal forma de que quedara unido al polo + de la entrada, mientras que el negro tuvo un destino aún más rústico, quedando incrustado en el polo -, metido con el conector del eliminador. Finalmente se fija el ventilanico usando masking tape, y voilá. No es la mejor solución, pero ¡funciona!

* Debido a las controversias entre regionalismos (Ventilador en Guadalajara, Abanico en Sinaloa y sureste de México), se ha acuñado el término Ventilanico. Así contentamos a unos y a otros, y dejan de fregar criticar. :P