Aqui reportando mi regreso, con salud, enteros y descansados.
El viaje, chingon, a pesar de los tipicos problemas a la ida. Pudimos haber tomado un camion no tan guajolotero hasta Tepa, pero llegamos 5 pinches minutos tarde, y pos ni modo. A viajar entre gallinas y olor a sobaco.
Llegando a Tepa, agarrando taxi pa Jalos, siguiente decepción. Pa mi pinche suerte, nos toca un taxista soketon, chamaco inexperto. Le pido que nos lleve por autopista, y prácticamente se rie de mi. Se saco el problema diciendo «No se». Bueno. Ahi vamos por la pinche carretera puteada, con un poco de miedo ya que era ya de noche. Habil el muchacho, despues de todo, pero eso no le quita lo Pendejo. Ni porque le ofreci pagar YO las pinches casetas… en fin.
Ya llegados, traqueteados pero bien, todo chido. La gente cul de siempre. Nuestra buena amiga Malena hasta nos invito a chelear al célebre, y hasta entonces desconocido por su servilleta, El Leon Rampante. Un bar tranquis, que yo erroneamente pensaba que era de viejos borrachos. Evidentemente, me equivocaba.
Pongo a su disposición la reseña en fotos aqui mero (denle click).